El blog de quienes corren a animar. No corremos, pero animamos mucho. Aquí tienes cómo lo hacemos.

Nunca habíamos correanimado un 42K que saliera antes del amanecer y que acabara con una temperatura de 30 grados, pero el maratón de Lisboa 2023 nos ha dado la oportunidad.

Aprovechando que se celebraba el domingo 8 de octubre, víspera del Día de la Comunitat Valenciana (festivo), allá que nos fuimos un corredor y ocho correanimadores.

Corredor y correanimadores tras conquistar el maratón de Lisboa 2023. ©Correraanimar

Diez años de maratones

En la edición de 2023 se cumplían diez años de la 42K de Lisboa, y también diez años de nuestro corredor completando maratones (y nosotros correanimando), así que todo redondo.

 Lo llaman maratón de Lisboa, pero en realidad en la capital portuguesa la carrera llega en los últimos kilómetros. Se trata de un recorrido desde Cascáis hasta Lisboa por la carretera junto al mar.

Decían las noticias sobre las bondades del maratón de Lisboa que se corre a una temperatura ideal de 15 grados. Sin embargo, la edición de la década empezó con 20 grados y acabó con 30.

Expodeporte junto al Tajo

Pero no adelantemos acontecimientos. La liturgia de todo maratón requiere en primer lugar ir a la Expo Deporte a recoger el dorsal (y quienes correanimamos, a intentar conseguir información para organizar la mejor ruta de acompañamiento).

Llegamos en metro hasta la estación de Oriente (obra de nuestro paisano Santiago Calatrava), cruzamos un centro comercial y desembocamos en el Parque de las Naciones, junto al río Tajo, donde se hizo la Expo de 1998.

Primero recogimos el dorsal del corredor, y resultó que le habían puesto el nombre con el segundo apellido, en lugar del primero. Fuimos a la caseta de “Soluziones” y nos dieron una muy prosaica: «lo tachas o le pones typex y lo escribes a boli». Ole tú.

La mascota de la Expo de Lisboa nos recibió al llegar a la Expo Deporte del maratón. ©Correraanimar

Ya con la camiseta y la bolsa del corredor (que no incluye nada) nos hicimos una foto de grupo que nos llevamos impresa y dimos una vuelta por la feria. Nos regalaron plátanos de Madeira y un refresco de té. Jugando a un minigolf ganamos un portadorsal y corriendo treintas segundos en una cinta nos dieron batido de frutas.

No había ningún punto de información ni mapas. Menos mal que a la llegada cogimos en un puestecillo que habían puesto en el aeropuerto una hoja de las líneas de transporte, con las estaciones y horarios de los trenes del día de la 42k.

Gran sorpresa del maratón 

El maratón de Lisboa nos guardaba  una gran sorpresa. El sábado por la tarde, a menos de doce horas del comienzo, por casualidad vimos en redes sociales que adelantaban una hora el inicio por el aviso de calor (del que se venía alertando toda la semana).

Eso suponía que el maratón empezaba a las 7 de la mañana, en lugar de a las 8. Que todo lo que nos habíamos programado había que cambiarlo. Y que había que madrugar todavía más, ya que de Lisboa, donde nos alojábamos, a Cascáis, donde empezaba, se tardan 40 minutos en tren.

El correo oficial de la organización alertando del nuevo horario no llegó hasta pasadas las 21:30 horas del sábado … y hubo corredores que no lo vieron hasta que fue demasiado tarde.

En tren a Cascáis

Con los nervios del cambio horario y ante las dudas de si los acompañantes podríamos subir al tren hasta Cascáis o si estarían tan llenos que habría que dejar pasar alguno (y solo había tres para llegar a la hora de la salida), nos plantamos en la estación lisboeta de Cais de Sodré a las 5 de la mañana.

Se suponía que los corredores viajaban gratis el día del maratón hasta las cinco de la tarde mostrando el dorsal, pero no había nadie a esa hora para abrirles los tornos, así que muchos pasaban aprovechando que validábamos billete quienes sí teníamos. Subimos al primer tren (el que salía a las 5:15 horas) e incluso pudimos coger asiento. Los que llegaron más tarde viajaron de pie o sentados en el suelo.

Junto a los madrugadores iban los que aún no se habían acostado, como unos chavales que se ‘colaron’ saludando en la foto que se estaban haciendo dos corredores.

Aplausos y saludos compartidos en el kilómetro 14 del maratón de Lisboa. ©Correraanimar

Llegamos a Cascáis antes de las seis de la mañana, cuando todavía era noche cerrada. Un mar de gente recorrimos sus calles silenciosas durante unos veinte minutos hasta llegar al punto de salida, en la Avenida da República.

El silencio lo rompían las zapatillas al rozar el empedrado y muchos gallos cacareando. Bromeamos con que si había un zoológico cerca, aunque claro, un zoo de solo gallos sería extraño. Mas bien los habíamos mareado con el ruido a deshora.

Empieza el maratón de noche 

Y a las 7 de la mañana, y sin tener que pelearnos por un sitio para ver la salida, vimos comenzar el maratón de Lisboa. Nos llamó la atención entre los corredores alguna camiseta española (de Xàtiva y de Salou), un hombre con una piña sobre la cabeza y un corredor con un brazo en cabestrillo.

También nos impactó la cantidad de corredores que nos encontramos cuando volvíamos a la estación de tren. Algunos iban corriendo ya intentando acortar la separación de la carrera que ya estaba empezada, otros parecía que no se habían enterado del cambio de hora y creían que iban sobrados de tiempo.

Correanimación al completo

En la estación nos reunimos con el resto del equipo correanimador. Habían cogido en Lisboa el tren de las 6:30 horas, que llegó a Cascáis diez minutos después del inicio del maratón … llevando a corredores que se enteraron a bordo con estupor del cambio de hora.

Nos acercamos a la playa a ver amanecer y luego nos colocamos en el kilómetro 14, justo detrás de la estación de tren. Sacamos la bandera de España, aplaudidores, pitos y una matraca, que junto con nuestras camisetas rojas y sombreros amarillos hicieron que no pasáramos inadvertidos para nadie.

Correanimando el kilómetro 25 del maratón de Lisboa. ©Correraanimar

Aquí los corredores ya llegan acalorados, pero muchos nos devuelven los saludos, nos aplauden también o dicen ¡España! Son las 8 de la mañana, e igual algún vecino se acuerda de los entusiastas españoles.

Una vez jaleado nuestro corredor, nos subimos de nuevo al tren y nos vamos al kilómetro 25. Para ello nos bajamos en la parada de Santo Amaro y solo hay que descender una cuesta hasta llegar al paseo marítimo y reencontrarnos con el maratón.

El kilómetro 25

Aquí un policía nos aparta de la calzada de la Avenida Marginal y nos pide que nos pongamos en un lateral. No pasa nada: está un poco en alto y todavía se nos ve más. Hay un fotógrafo de la carrera que dispara al grupo correanimador, en especial cuando llega nuestro corredor y se acerca a saludar.

Volvemos a la parada de tren para ir al kilómetro 42. Es una pena que la frecuencia de paso sea de veinte minutos y que la vía no siempre vaya en paralelo al maratón: nos habría gustado correanimar en más puntos, pero queremos asegurarnos primera fila en la meta.

De camino a la estación de Cais de Sodré, en alguna parada nos acercamos a la puerta del ‘comboio’ para gritar ánimos a los corredores. Una vez en Lisboa, paseando en diez minutos estamos en la meta: la Plaza del Comercio.

Llegada a la meta del maratón de Lisboa. ©Correraanimar

Arco de triunfo en la meta

El maratón de Lisboa acaba nada más pasar el Arco del Triunfo. Por la derecha entran los corredores del maratón y por la izquierda los del medio maratón, que se celebra el mismo día y de hecho es el que retransmite la televisión portuguesa.

Lo bueno de que sean tan pocos maratonianos (6.000 inscritos -menos los que llegaron tarde a la salida- frente a los 30.000 de Valencia) es que resulta un poco menos complicado colocarse junto a la valla para correanimar.

Aquí el sol ya pica, pero resistimos. Incluso el animador de la meta hace una pequeña entrevista micrófono en mano a parte de nuestro grupo mientras esperamos.

Cuando calculamos que va a llegar a nuestro corredor (no hay aplicación oficial de este maratón), colocamos a nuestros dos peques al otro lado de la valla, y en cuanto cruza el monumento le dan la mano y entran los tres en meta.

Celebrando en Lisboa el maratón número 21 conquistado. ©Correraanimar

Helado y campana 

A los tres les dan un helado de fruta, y al que se ha esforzado más una medalla con monumentos de Lisboa. A la salida hay una campana para celebrar la gesta, que nuestro corredor la quiere tañer 21 veces (una por cada maratón que ha completado) pero lo deja en menos porque hay cola y no es plan.

Le entregamos los globos con la cifra del nuevo maratón conquistado, hacemos foto de grupo y volvemos paseando al apartamento. A nuestro lado siguen pasando corredores camino de la meta, entre ellos el señor de la piña en la cabeza.

Y un chico de Aldaia que se acercó a nuestro corredor al principio del maratón al ver su camiseta en español y fue compañero de carrera en la adversidad.

Y así fue como acabamos de correanimar un maratón que empezó de noche, nos trajo el amanecer y concluyó con un calor de julio en pleno octubre. Cansados pero felices, como siempre.

Turismo en Lisboa

Te dejamos por último algunas indicaciones de nuestra estancia en Lisboa para hacer turismo:

ALOJAMIENTO: estuvimos en los apartamentos Lisbon Finestay 8 Building, por su situación estratégica: a cinco minutos a pie de la estación de Cais do Sodré (donde se coge el tren a Cascáis) y a diez minutos andando de la Plaza del Comercio (donde acaba el maratón).

COMIDAS: el sitio que más nos gustó fue un restaurante familiar de comida típica portuguesa, Granja Vehla, en la Rua Dos Douradores, con pescado muy bueno. Justo al lado del hotel, Don Costini, con pasta, pizzas, hamburguesas, terraza interior y exterior. Intentamos varias veces el mercado Time Out Market, enfrente del hotel, pero siempre estaba a tope.

NO PERDERSE: el barrio de Alfama, donde hay que probar la ginjinha (licor de guindas, mejor si se toma en una tartaleta de chocolate), el paseo junto al Tajo frente a la Plaza del Comercio, la torre de Belén, los pasteles de nata, subirse al tranvía (hay un billete de transporte de 24 horas que vale 6,60 euros e incluye también los elevadores de Bica, Gloria y Santa Justa) y tomarse una caneca (jarra de cerveza).


Una respuesta a “El maratón del amanecer y el calor: así correanimamos los 42K de Lisboa 2023”

  1. Avatar de Correanimar en casa: así animamos el maratón de València 2023 – Correr a animar

    […] un maratón más correanimado -nada que ver con el anterior, el de Lisboa, donde solo había 6.000 corredores-, acudimos a recoger al corremarido, al que le hicimos entrega de los globos con el número 22, la […]

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