El blog de quienes corren a animar. No corremos, pero animamos mucho. Aquí tienes cómo lo hacemos.

La idea era correr a animar el maratón de Rotterdam del 16 de abril de 2023, peeero cuando nuestro corredor se fue a inscribir justo tres meses antes habían volado ya todos los dorsales. El plan B fue buscar otro maratón oficial para esas fechas, y así fue como encontramos el Maratón de Zaragoza.

Para la decimosexta edición de la 42K de Zaragoza desplegamos al máximo a nuestro runclub, de manera que nos desplazamos hasta la capital aragonesa nada menos que dos corredores (el corremarido, que afrontaba su vigésimo maratón, y la correhermana que iba a por el sexto) y doce correanimadores.

Veníamos de correanimar un maratón de València con 30.000 corredores y nos encontramos con uno con 1.400 atletas. ¿El resultado? Pues que intentamos gritarles ánimos a todos, y así fue como nos quedamos casi sin voz en la cita aragonesa del domingo 16 de abril de 2023.

Parte del club Correr a animar en la Feria del Corredor del maratón de Zaragoza
Parte del runclub en la Feria del Corredor de Zaragoza 2023. ©Correraanimar

El rito de recoger el dorsal

Comenzamos los preparativos con la recogida del dorsal y de la bolsa del corredor. Llegamos el sábado por la mañana a Zaragoza y nos fuimos directos al Palacio de Congresos, donde habían instalado una Feria del corredor de dimensiones reducidas (en comparación con las que solemos visitar).

Allí nos hicimos las fotos de rigor para dejar constancia de nuestra presencia -hubo un corredor que nos pidió que le hiciéramos la suya, porque según dijo había ido solo y se había fijado en que «éramos profesionales»– y nos llevamos impresa una de ellas en el fotomatón de Hoka a cambio de un correo electrónico.

Nuestros corredores se tomaron un café que regalaban con el dorsal y se llevaron su bolsa con la camiseta conmemorativa, una bolsita con chuches, otra con frutos secos y una muestra para lavar la ropa deportiva. Recogimos también un mapa de la ciudad para estudiar dónde colocarnos para correanimar, y concluimos que podíamos estar en siete puntos (y sin un gran esfuerzo).

Salida desde la Plaza del Pilar

El domingo nos dirigimos a la Plaza del Pilar para dejar en el punto de salida a nuestros corredores. El maratón comenzaba a las 8.30 horas y veinte minutos después lo hacía una 10K, que compartía algunos puntos del recorrido. ¿Lo mejor? No hubo que pelearse para coger sitio en la salida: frente a la basílica de la Pilarica lo teníamos todo disponible para nosotros.

Nuestra corredora en el maratón de Zaragoza
La alegría de que te correanimen en una ciudad que no es la tuya. ©Correraanimar

Jaleamos a nuestros corredores al comienzo de su nueva carrera (como siempre estaban muy nerviosos) y  nos dirigimos paseando tranquilamente al siguiente punto, que estaba situado a cinco minutos y donde los podíamos ver pasar tres veces: el Mercado Central, en la plaza César Augusto.

Por aquí pasaba el kilómetro 5, el 15,5 y el 17,5, sin que apenas tuviéramos que movernos. Y aquí empezamos a desplegar nuestros encantos correanimadores, porque eran tan pocos los corredores que pasaban (en comparación con otros maratones en los que hemos estado) que nos daba cosa dejar pasar a alguno sin animarle. Luego eran ellos los que nos ponían ojitos para que les aplaudiéramos y gritáramos.

El Cavernícola, el del sombrero verde y España

Una vez bien situados, a falta de una raya en el suelo que marcara el trayecto y tras el despiste inicial de los voluntarios destacados en esta plaza (que no sabían por dónde tenían que venir los atletas), comenzamos a fijarnos en los corredores. Nos quedamos con algunos: uno disfrazado de carvernícola, otro que llevaba un gran sombrero verde y otro ataviado con banderas de nuestro país, al que cada vez que veíamos animábamos al grito de ¡¡Españaaaaaa!!

Tan bien correanimamos a nuestros dos corredores que un señor se acercó a pedirnos que le animáramos a una chica que se enfrentaba a su primer maratón. Mónica debe estar preguntándose todavía de dónde salió ese grupo loco ataviado con camisetas rojas que gritó su nombre como si no hubiera mañana.

Nuestro corredor en el maratón de Zaragoza
Cuando te avisan de que tu grupo de está esperando para correanimarte. ©Correraanimar

Nos movimos apenas unos metros para situarnos en el kilómetro 15,5. Una señora situada enfrente nos dijo que nuestros peques no iban a poder hablar al día siguiente en el cole de tanto gritar ánimos (no sabía que el lunes era festivo en València y teníamos margen de recuperación). Apareció entonces un policía local para pedir a unos coches que se apartaran, y como le jaleamos se puso a correr como si estuviera haciendo el maratón.

¡Qué guapos sois!

Animamos a los nuestros (y a los otros 1.398 corredores) y simplemente nos dimos media vuelta para esperar el paso del kilómetro 17,5. Para entonces ya nos conocían algunos atletas, que correspondían a nuestros ánimos con frases como «qué guapos sois», «el mejor grupo» o «el grupo de Fernando» (ya se habían aprendido el nombre del corremarido, e incluso le decían que se preparara cuando nos escuchaban corear su nombre a lo lejos).

La famosa de Gran Hermano

Quienes corrían junto a la correhermana también le preguntaron si es que era famosa, e incluso uno fue más allá y le preguntó si es que venía del programa de televisión Gran Hermano (todavía no hemos conseguido entender esa asociación de ideas).

También nos fijamos que había muchos atletas con camisetas de la Guardia Civil o de la Unidad Militar de Emergencias (luego nos enteramos que se corría el campeonato militar de España), y les dedicamos frases como «¡Ese cuerpooooo!»

Entrada a meta del maratón de Zaragoza en muy buena compañía. ©Correraanimar

Aunque todavía no nos hemos agenciado un megáfono en condiciones, esta vez nos llevamos un pequeño altavoz y animamos la mañana zaragozana a ritmo de temas como ‘Nochentera’ o ‘Pa tipos como tú’ (en el que señalábamos a los corredores en el momento del ‘como tuuuuuuuuu’). Incluso una parte del grupo se lanzó a bailar un Tik Tok frente el Mercado Central, actuación que le da su toque al vídeo de recuerdo que hemos montado.

Amortizados estos tres puntos, nos dirigimos al siguiente objetivo: el puente del Pilar, por donde pasaba el kilómetro 24 del maratón (y casi enfrente, el kilómetro 27). A estas alturas de la carrera ya se nos había mermado bastante la voz, pero ahí seguíamos animando a Paqui, a Lola (no las conocemos pero nos quedamos con sus nombres del dorsal) y especialmente a quienes llevaban camisetas del maratón de València («¡la terretaaaaa!»), de Alaquàs, de Alcoi o Vilafamés.

Pegaditos a la meta

Tanto nos habíamos venido arriba que intentamos encontrar algún punto más de correanimación, pero fuimos realistas y concluimos que si queríamos estar en la meta no había margen para ninguno más. Así que almorzamos en la Plaza del Pilar y luego nos situamos para correanimar la llegada de nuestros queridos corredores.

Estábamos tan cerca de la meta (creo que es el maratón que más cerca hemos podido colocarnos del arco de entrada) que los tres peques que llevábamos se animaron a entrar con ellos. Y así quedó grabado en la retransmisión de Aragón Televisión, donde luego pudimos revivir ese gran momento.

Una 42k más conquistada, esta vez en Zaragoza. ©Correraanimar

 Cumplida la gesta maratoniana en la que menos pasos hemos dado los correanimadores pero más afónicos nos ha dejado, les dimos unos globos con el número del maratón corrido y nos hicimos fotos con la medalla en la plaza más emblemática de Zaragoza. Luego en la comida nos cruzamos con corredores que nos reconocían (por las camisetas, claro) y nos decían que les habíamos animado.

Ya en el tardeo por la zona de El Tubo nos encontramos con Paco Borao, el presidente de la entidad organizadora del maratón de València, que había sido invitado por el 42K de Zaragoza en su calidad de presidente de la Asociación de Maratones Internacionales. Con él se hicieron fotos nuestros corredores y conversamos sobre la diferencia entre ambas citas.

Cerramos así una nueva experiencia correanimadora, pensando, como siempre, en cuál será la próxima. Y avisamos de que ideas no nos faltan.


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