El blog de quienes corren a animar. No corremos, pero animamos mucho. Aquí tienes cómo lo hacemos.

Correr a animar el maratón de Viena de 2022 ha sido cumplir un sueño que llevaba tres años en hibernación. Nuestro corredor estaba inscrito desde 2019, cuando en la feria del maratón de Hamburgo nos tocó un dorsal para la 42k vienesa de abril de 2020. Lo teníamos todo preparado para viajar a Viena hace dos años cuando llegó la pandemia de coronavirus y hubo que dejarlo todo en espera.

Finalmente la 39 edición del maratón de Viena, el 24 de abril de 2022, nos ha brindado la oportunidad de retomar el turismo maratoniano internacional y cerrar un paréntesis en el que se han ido acrecentando las ganas de viajar conforme se acercaba la cita.

El maratón de Viena, fecha ideal

La fecha de la 42k de Viena es ideal para los valencianos: el domingo justo antes de San Vicente, que es festivo en Valencia, lo que unido a la semana de Pascua permite sumar algún día extra a la escapada correanimadora sin tener que perder colegio o trabajo.

Hay vuelo directo de Ryanair desde Valencia, que mirado con tiempo sale bien de precio, y te deja en menos de tres horas en la capital austriaca.

Recorrido del maratón de Viena
El trayecto del maratón de Viena 2022. ©Correraanimar

Recogida del dorsal

Aterrizamos jueves por la noche en Viena y lo primero que hicimos el viernes por la mañana fue acudir a la feria del corredor (la Vienna Sports World), para que no hubiera muchas colas (y por las fotos que vimos del día siguiente, acertamos). Ubicada en Marx Halle, está bien comunicada en tranvía, y es relativamente grande.

Primera cola: rápida, para recoger el dorsal (cuyo chip no se puede probar en ningún sitio) y la bolsa del corredor (de plástico, para usar en el guardarropa y con muy pocas cosas: un spray nasal, un gel de manos y alguna publicidad). Nada de mapa, ni de revista, ni de últimas instrucciones en papel para la carrera (eso ya te lo miras tú en la web del Vienna City Marathon).

Segunda cola: leeeenta, para recoger la camiseta. Da lo mismo que hayas pedido una camiseta sin más o que la hayas encargado con la palabra “finisher”. Te tragas la misma cola, y además hay que esperar a que estampen en el momento cada camiseta customizada. Vieneses, esto no es operativo: mejor dos colas distintas, y además las camisetas de finisher os las traéis estampadas, que total ya han sido pagadas y no vais a perder nada.

Tercera cola: para recoger el merchandising. En nuestro caso, teníamos encargados unos imanes para dorsal del maratón de Viena, y aprovechamos para comprar pulseras con el lema “running for peace”, cuya recaudación iba para ayudar a Ucrania. El sombrero amarillo, que vendían por 5 euros, nos lo regalaron en Hamburgo y forma ya parte del uniforme del runclub.

Completadas las colas, nos dimos una vuelta, en la que nos regalaron galletitas crujientes (que luego vimos que eran de una comunidad cristiana de corredores y las apodamos como ”las  galletas cristianas”) y mini jabones de la marca Sebamed. Nos hicimos la foto en el podio, que nos llevamos impresa tras dar un correo electrónico; giramos una ruleta de Wien Energie y nos regalaron unos aplaudidores, y el corredor se compró algo de ropa deportiva.

Feria del corredor de Viena, recogida del dorsal
El dorsal de nuestro corredor en el maratón de Viena: el casi mil. ©Correraanimar

Animar el máximo de puntos

La víspera del maratón nos estudiamos a fondo el recorrido para acudir a animar al máximo de puntos posibles, sabiendo que los extranjeros animan poco o nada a los corredores (no les sale eso de gritar). Menos mal que nos habíamos traído impreso el mapa de la carrera (que en algunos puntos indicaba que había paradas de metro, pero para qué poner el nombre de estas).

Visto que la red de metro es bastante extensa y que pasan cada cinco minutos o menos, finalmente marcamos cinco puntos para animar a nuestro corredor: la salida, el kilómetro 11, el 20, el 27 y la meta.

Esa tarde celebraban una 10k que acababa en el mismo sitio que el maratón del día siguiente, frente al ayuntamiento (Rathaus), así que nos dimos una vuelta por allí para ver dónde nos podríamos ubicar al día siguiente.

Preparamos nuestras camisetas rojas, nuestras banderas de España, nuestros sombreros amarillos (los corredores hacen foto de su ‘altar’ el día previo, los correanimadores la del nuestro) e intentamos descansar para la gran cita. 

Comienza el maratón

El domingo maratoniano amaneció al fin sin lluvia y nos dirigimos al punto de salida: el edificio de la ONU, el Vienna International Centre. No hubo que madrugar en exceso porque nuestro corredor salía a la 9:10 h y desde nuestro apartamento y haciendo transbordo en el metro llegamos en menos de media hora a la parada de Kaisermühlen VIC (línea U1 roja).

Inicio del maratón de Viena
Palmas y música de Queen para comenzar el maratón de Viena. ©Correraanimar

Había bastante gente porque salen a la vez el medio maratón, el maratón por relevos y el maratón, pero una vez dejado a nuestro corredor en su cajón nos pudimos colocar justo antes del puente imperial Reichsbrücke, sobre el río Danubio, sin problemas para grabar la salida. La elite arrancó a correr al compás del vals de Strauss ‘El bello Danubio azul’, el resto de oleadas, con la música que les tocó.

Una vez lo vimos salir, comenzamos nuestra ruta correanimadora. Cogimos de nuevo el metro en Kaisermühlen VIC hasta Karlsplatz (línea U1 roja hacia Oberlaa, 7 paradas, 9 minutos de trayecto), para llegar al kilómetro 11.

Allí nos reunimos con el resto del runclub y empezaron las risas. Los vieneses se sorprendían tanto de que les animáramos (y eso que no podíamos decir sus nombres porque estaban muy pequeños pese al pedazo dorsal) que nos devolvían el saludo e incluso nos aplaudían. Los españoles que veían nuestra bandera gritaban ¡¡¡España!!! Incluso un catalán se alegró de ver banderas de España y le regalamos un “Visca el Barça” (el manque pierda lo dijimos bajito). Y cuando veíamos camisetas del maratón de Valencia (que había varias) ya lo dábamos todo.

El medio maratón

Saludamos a nuestro corredor, le dimos unas pasas, y cruzamos andando unos metros, por Getreidermarkt, al kilómetro 20, en el cruce con Mariahilffer Str.  Aquí estaban a punto de acabar los que corrían solo medio maratón y se les notaba la cara de felicidad. Hubo un corredor que cayó desfallecido casi delante de nosotros y no había nadie de la organización de la carrera cerca a quien poder avisar (ay esa organización). Menos mal que había cerca unos policías que finalmente se acercaron a ayudarle. 

El kilómetro 20 del maratón de Viena
Animando el kilómetro 20 del maratón de Viena. ©Correraanimar

En este maratón no hay prácticos (una lástima, a  los correanimadores nos sirven mucho de referencia) ni línea en el suelo para marcar el recorrido, pero sí fotógrafos que en este punto no dudaron en inmortalizarnos también a los de los sombreros amarillos.

Cuando llegó nuestro corredor, le insuflamos nuevos ánimos y nos dirigimos al que iba ser el kilómetro más entretenido: el 27. Solo hubo que volver a la parada de Karlplatz y coger la línea U1 roja con destino a Leoppoldau. Tres paradas y siete minutos después nos dejó en la estación de Nestroyplatz.

La abuelita temeraria

Salimos del metro a los pies de una iglesia (San Juan Nepomuceno) y desplegamos nuestras banderas en una parada de bicicletas mientras revisábamos cómo iba nuestro corredor (la app del maratón funcionó bastante bien). Aquí vivimos el momento más kafkiano de todo el maratón: una señora mayor con garrote se puso a cruzar la calle justo por en medio de los corredores. Sin mirar a los lados, con la vista fija al frente, a paso de tortuga …  y por el paso de peatones, eso sí.

 ¿Le gritó alguien? No ¿La arrollaron los corredores? Milagrosamente no. Cuando conseguimos recuperarnos del susto, comenzamos con todo el repertorio del cancionero español. Que si el Que viva España, que si la Macarena … Aquí ya teníamos al público entregado. Los vieneses nos saludaban con un ¡Hola España!, e incluso hubo uno que nos dijo “solo sé decir en español corre más rápido”. Pues hale, a correr.

Aquí un corredor valenciano que ya nos había saludado en otro punto nos gritó que era de Mislata. A otro español le quisimos aplaudir tan fuerte que a uno de los aplaudidores de Wien Energie que nos había tocado en la feria se le fue volando una de las manetas (y el pobre encima se agachó a recogerla).

El kilómetro 27 del maratón de Viena
El kilómetro 27 del maratón de Viena, nuestro preferido. ©Correraanimar

Estábamos ya con la voz casi ronca cuando de repente la anciana que había sobrevivido al cruce temerario ¡volvió a hacerlo! pero en sentido contrario. De nuevo el mismo modus operandi: vista al frente y sin miedo. Esta vez un corredor se paró y la acompañó mientras hacía barrera con los brazos para que nadie se la llevara por delante. La anciana llegó al otro lado, su ángel de la guarda volvió a la carrera, y todos contentos (y aliviados, oye).

Llegó nuestro corredor, coreamos su nombre (se nos unieron los vieneses que teníamos al lado), le dimos más pasas y nos fuimos hacia la meta.

La alfombra morada

Cogimos el metro en Nestroyplatz con destino a Lepoldau (U1 roja) y nos bajamos en la parada siguiente, Praterstern, para transbordar a la línea U2 morada con destino Karlplatz. Tres paradas y pocos minutos después nos bajamos en Schottentor, que es adonde llegan los corredores tras cruzar la meta.

Gracias a la visita del día anterior sabíamos que podíamos llegar hasta el Burgteather, frente al Ayuntamiento, y ver de ver de cerca cómo los corredores pisaban la alfombra morada -con macetitas en las vallas centrales- hacia la meta. Como llegamos con tiempo (esta vez no hubo parada para almorzar), fue cuestión de tiempo poder colocarnos en primera fila.

Al lado se pusieron unos santanderinos, que nos dijeron que veníamos preparados (es lo que tiene estar en nuestro sexto maratón internacional), y nuestro despliegue de banderas hizo que un sevillano que había llegado a meta volviera atrás para que le fotografiáramos con ellas (y mientras le recomendamos que se viniera al maratón de Valencia). 

Entrada a la meta del maratón de Viena 2022
Listo para entrar en la meta del maratón de Viena. ©Correraanimar

Llegó nuestro ya amigo valenciano y le gritamos ¡¡Mislataaaaa!! Pasó otro español que cada vez que nos veía gritaba ¡¡España!! La maneta que le quedaba al aplaudidor salió volando también hacia la meta.

Cuando llegó nuestro maratoniano, se paró para que le diéramos un sombrero amarillo y la bandera de España, y con ellos se fue para la meta, acompañado de un sol radiante que salió justo cuando la previsión del tiempo anunciaba lluvia.

Superado el reto (su maratón número 18, ya es mayor el de edad, jaja) y colgada al cuello la medalla con forma de estrella y un cristal de Swaroski, nos hicimos la foto de grupo, felices de haber cumplido todos -corredor y correanimadores– este sueño largamente esperado. 

Recomendaciones de Viena

Si has llegado hasta aquí, te dejamos algunas recomendaciones por si te sirven para Viena

Transporte: compramos el abono transporte de tres días, que vale 17,10 euros y permite viajar sin límite en autobús, metro y tranvía. Solo se valida el primer día, tras comprarlo en los Tabak o en las máquinas del metro o las que hay a bordo de los tranvías.

Alojamiento: nos alojamos en The Levante Rathaus Apartments, a unos 13 minutos andando del ayuntamiento. La otra opción que miramos fue The Ofenloch Apartments.

Comidas: comimos en el Café Landtman (muy elegante, pero con menú diario a buen precio), Centimeter (raciones grandes), Bettelstudent (comida típica austriaca) y Via Toledo (buenas pizzas).

También puedes ver cómo hemos animado otros maratones, como el de Hamburgo o el de Berlín, o los que nos pillan más cerca, como el de Valencia o el de Castelló.


5 respuestas a “El maratón de Viena: sueño correanimador cumplido ”

  1. Avatar de mariposadeluz72
    mariposadeluz72

    Gracias, gracias, gracias…por tantas risas. Que bien escribes¡!!

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    1. Avatar de disfrutabenimaclet

      He tenido mucho tiempo para escribir en el largo camino de vuelta, jajaja

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  2. Avatar de Pedro Z.
    Pedro Z.

    Hola, soy el corredor de Mislata, el que mencionas en el blog.

    Os quiero agradecer los ánimos que me disteis y el buen ambiente que creasteis en la carrera.

    En momentos de tanto esfuerzo y tan duros es una gran recompensa ver la alegría de mis paisanos aportando colorido a un recorrido tan poco animado.

    Por cierto, muy bien escrita la crónica de las carrera. Enhorabuena!

    Hasta otra maratón, espero.
    Slds

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    1. Avatar de disfrutabenimaclet

      ¡¡¡Un placer animarte, paisano!!! Y nos alegra mucho que te sirvieran nuestros ánimos. Los corredores lo pasáis mal en los maratones, pero los correanimadores disfrutamos un montón. Nos vemos en alguna 42K 🤗

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  3. Avatar de Correanimar en casa: así animamos el maratón de València 2023 – Correr a animar

    […] aquí nos reencontramos con Pedro, el corredor valenciano que conocimos correanimando el maratón de Viena, y al que por segundo año consecutivo animamos también en el maratón de València. “Esto se […]

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