El blog de quienes corren a animar. No corremos, pero animamos mucho. Aquí tienes cómo lo hacemos.

Nuestro primer maratón correanimado de 2022 ha tenido como destino Castelló de la Plana, una ciudad de nuestra comunidad autónoma que nos ha servido de excusa para organizar una escapada de fin de semana de nuestro runclub, Correr a animar, y así calentar motores con la vista puesta en lo que nos espera este año.  

De la decimosegunda Marató BP de Castelló ha habido una cosa que nos ha gustado mucho: han pensado en los correanimadores y correanimadoras, y han confeccionado un rutómetro: un mapa con nueve puntos marcados a los que acudir a ver a los corredores. Todo un detalle que nos ha ahorrado bastante trabajo a la hora de preparar la cita correanimadora.

El runclub en el maratón de Castelló
Parte del runclub a la búsqueda de otros 42k en el maratón de Castelló. ©Correraanimar

Dorsal para el 42k de Castellón

Pero no adelantemos acontecimientos. La víspera del maratón acudimos a la Feria del corredor, instalada en La Pérgola de Castelló, justo al lado de donde termina la carrera (y muy cerca de donde sale). Allí aprovechamos para hacernos fotos con los puntos kilométricos del maratón, y no paramos hasta encontrar el 42 y posar junto a él. De paso cruzamos también los deditos para que el día gris y medio lluvioso no se repitiera el domingo.

Porque nuestro corredor ya llevaba nerviosito toda la semana -pese a que este era su decimoséptimo maratón– y solo le faltaba sumar a los nervios mal tiempo. Sin embargo, hubo suerte y el domingo 27 de febrero de 2022 amaneció soleado y menos frío. Nos encaminamos hacia la salida, a los pies de unos grandes almacenes en la Avenida Vila-real, donde a las 9 de la mañana salía la 10 K y quince minutos después los maratonianos.

Y aquí empieza lo bueno para quienes corremos a animar en una ciudad pequeña: entre las dos carreras no llegaban a 3.000 atletas, lo que es todo un lujo para ‘avistar’ sin problemas a la persona a la que sigues. Vale que además nuestro corredor iba de color flúor, con lo que los vimos bien visto en todo momento.

El rutómetro del maratón de Castellón
El ´rutómetro´de la Marató de Castelló, una gran idea

Empieza la ruta correanimadora

Tras el pistoletazo de salida (punto 1 del rutómetro) paseamos tranquilamente hasta el punto 2, en la cercana Plaza de la Independencia. Nos colocamos bajo la peculiar farola de la rotonda, junto a una batucada vestida de morado, y desempolvamos todos los artículos correanimadores para jalear a los atletas que pasaban por el kilómetro 7’5. Claro que, donde estén nuestros gritos, ríete tú de las carracas, los pitos o las manitas aplaudidoras.

De aquí la siguiente cita estaba próxima, en la calle Gobernador (punto 3, kilómetro 10). En este momento ya empezábamos a afinar nuestro peculiar sistema de referencias de cuándo pasa nuestro corredor. Olvidaos de la tecnología, que también la usamos, pero esto es más divertido. Antes de él, pasaba un corredor descalzo; luego unocon una cámara GoPro en la mano y que según su dorsal se llamaba Peter; una chica pelirroja que parecía Pipi Langstrump; dos corredoras a las que nos dio por animar -primero Sandra y luego Sofía-; un segundo corredor descalzo; el globo amarillo del práctico de 3’30 horas y ya nuestro chico de flúor.

Una vez todos jaleados y entregadas las pasas a nuestro atleta, paseamos tranquilamente hasta el punto 4, el kilómetro 15’9, justo antes de que los corredores se fueran hacia El Grao. Esta vez ya Sofía se quedó sin gritos de ánimo (bonica, ya sabemos que no nos conoces de nada, pero los corredores cuando les gritas su nombre sonríen, o levantan el pulgar, o saludan … si te quedas impertérrita, pues nada, animamos a otros). Sandra nos seguía sonriendo (y seguramente pensando quiénes son estos locos de las camisetas rojas).

Entrega de pasas en el maratín de Castellón
Animar y dar pasas en el maratón, misiones del runclub. ©Correraanimar

Añadimos a nuestra lista de referencias a un club de Burjassot y a otro de Burriana, ambos uniformados la mar de bien. Se nos juntó un señor presumiendo de que había corrido varios maratones y de que viendo la cara de los corredores podía decir cuántos kilómetros llevaban. (Majo, a presumir con otros, que llevamos 17 maratones correanimados).

La parada técnica

Los dejamos camino al Grao -zona que en el mapa figuraba en un aparte, como las Canarias en el mapa de España- y dado que teníamos una hora y cuarto de margen hasta el punto de avistamiento 5 habíamos planificado que era el momento de la parada técnica. Nos sentamos a reponer un poco de fuerzas antes de volver a la calle Gobernador, que esta vez era el kilómetro 30’5.

A los corredores esto de pasar hasta cuatro veces por una misma calle se les debió de hacer pesado en algún momento, pero a nosotros tener un maratón tan a mano, sin tener que calcular tiempos de paso del metro ni ir corriendo con la lengua fuera de una punta a otra de la ciudad, nos vino bien. Animado nuestro corredor (y a Peter, Sandra, los de Burjassot y los de Burriana, entre otros muchos -a Sofía no-), nos entró la duda de hacer caso o no al rutómetro.

A ver: el plano proponía tres puntos más y la meta, pero por experiencia sabemos que no se puede estar en el kilómetro 38’8 (punto 6), el 40 (punto 7), el 41’8 (punto 8) y la meta (punto 9).  Y la meta, como la salida, son puntos importantes en los que hay que correanimar. Así que cogimos calle Colón arriba y nos colocamos cerca de la meta, en el Parque Ribalta, donde ya pusimos nuestra pancarta del runclub e hinchamos (con alguna dificultad que otra) dos globos con el 1 y el 7 para entregar a nuestro corredor.

Medallas del maratón de Castellón
La recompensa del maratón de Castellón. ©Correraanimar

Animar a ‘cariño’

Seguimos animando a más atletas mientras esperábamos, como a “cariño” (se lo gritó una chica a su pareja y le ayudamos a que le oyera) o a todos los niños que eran entregados a sus padres para que entraran con ellos de la mano en meta. (Aquí os digo una cosa: si la meta acaba cuesta arriba y es un maratón con pocos corredores, en el que es fácil pillar sitio en el público, como este… ¡¡ no les deis a los niños 400 metros antes, que rematáis a los pobres atletas !!)

Una vez cruzada la meta, pudimos ver del otro lado de la valla cómo entregaban a nuestro corredor su medalla número 17, y cómo se zampaba su cerveza y su trozo de pizza ganados con sufrimiento, mientras se envolvía en una toalla del maratón de Castelló a juego con su atuendo.

A partir de aquí, solo nos quedaba darnos un homenaje en donde dicen que se hace el mejor arroz de Castelló. Y empezar a pensar en la próxima cita correanimadora, porque el próximo maratón supone la mayoría de edad de nuestro maratoniano, y habrá que hacer algo muy grande para celebrarlo.


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