Siguiendo la estela de los últimos maratones en el extranjero en los que hemos estado, esos de los que se dice que son como correr por un museo al aire libre, nos hemos ido a correanimar el maratón de Praga 2025.
Nuestro corredor favorito contó para su maratón número 26 (el noveno en el extranjero) con los ánimos y los gritos de su runclub. Que igual gritamos demasiado, como nos dijo una señora muy enfadada, pero disfrutamos con esta nueva aventura.
30 años del maratón de Praga
Nuestra primera parada maratoniana en Praga fue el centro de exposiciones de Holešovice, para recoger el dorsal y una mochila muy chula, quizá porque era la edición número 30 de este maratón (1995-2025).

Allí descubrimos el lema de esta edición: ‘All runners are beautiful’. Nos hicimos fotos con él, pensando que los correanimadores también somos gente bonita. Y con el cartel del maratón, protagonizado por un león llamado Vaclav que corre sobre el famoso Puente Carlos.
Y poco más, porque la feria no era muy grande, no regalaban nada, y tenían el tradicional muro con los nombres de todos los corredores, pero no un lugar para firmar y escribir deseos.
Inicio y fin en una plaza icónica
El domingo 4 de mayo acompañamos a nuestro corredor al punto de salida del maratón de Praga, que es también el punto de llegada: la icónica Plaza de la Ciudad Vieja, muy cerca del famoso reloj astronómico.
Le dejamos en la calle Celetná y nos colocamos muy cerca de la salida, donde colgamos la bandera de España, hinchamos los aplaudidores rojos que estrenamos para esta ocasión, a juego con nuestras camisetas, y empezamos a usar la carraca y la bubucela.

Al lado tenemos a una señora de Alicante que nos pide que animemos a su Francisco, que se ha puesto unas mallas fosfis para que se le vea bien, aunque el fin de semana pasado estuvieron en la media maratón de Madrid y ella no le vio pasar por la Cibeles, y ya le ha pasado varias carreras que no lo ha visto.
Nos cuenta que estuvieron en el maratón de Roma –nosotros también, es uno de esos de museo al aire libre- y nos surge la duda de dónde habrá más adoquines en el recorrido, si allí o en Praga
Salida a ritmo de poema sinfónico
A las 9 de la mañana salen los corredores, con una música de fondo que no nos parece muy animada, hasta que descubrimos de qué se trata. Es un poema sinfónico sobre el río Moldava y el orgullo del pueblo bohemio, compuesto por Smetana, interpretado por la Filarmónica de Praga, y que es una de las composiciones checas más populares.
Vemos pasar a nuestro corredor, que nos lanza el chubasquero porque ya le sobra todo, y esperamos un poco a Francisco. Pero entre que sale unos cajones más atrás y que su señora no suele verle en las carreras, decidimos irnos al siguiente punto para no hacer tarde.

Nos ubicamos en el kilómetro 3, a apenas cuatro manzanas, frente al Rudolfinum. Saludamos a nuestro corredor, que viene de cruzar el Puente Carlos, y cogemos el metro en Staromevska para irnos a Karlovo Namesti, donde están kilómetros 16 y 24 del maratón.
Música de Queen
Mientras esperamos a la cabeza de la carrera, para un coche y dos hombres con esprays de color rosa y verde marcan un escalón que hay allí (es lo que se llama apurar hasta el último minuto).
Aquí hay un punto de animación musical: un chaval que toca la batería con música de Queen y otros grandes éxitos, junto al que acabamos bailando (y nos hacen fotos, deben pensar que somos pack). Plantamos la bandera de España y de la Comunitat Valenciana en una valla que más adelante moveremos de sitio para ver mejor la carrera.
Correanimamos con la carraca y la bubucela, hasta el punto de que una señora viene a decirnos en inglés que ya vale, que es muy molesto. Le damos unos minutos de cortesía y volvemos a la carga, porque aquí hemos venido a correanimar, no a mirar.
Valencianos por el mundo
Frente a nosotros aparecen en el público tres valencianos con la bandera de la Comunitat, que al ver la nuestra nos gritan ‘Valencianos por el mundo’ y se acercan a hablar con nosotros. Vienen de Sollana a animar a su Josep. Al ver nuestro grupo de diez personas nos preguntan que cuántos corredores tenemos y alucinan cuando decimos que solo uno.
Pasa nuestro corredor en el kilómetro 16 y al poco nos llama por teléfono (¡susto!) para decirnos que tiene un gemelo fastidiado y que si le ponemos crema en el kilómetro 24. La crema se ha quedado en el apartamento, así que vamos a buscar una lekarna (farmacia), pero al llegar está cerrada.

Como en este punto hay un cartel de punto de atención médica preguntamos si tienen algún producto, pero solo hay dos chavales que no tienen ni entienden nada. Dos miembros del grupo se van a buscar un Rossman cercano mientras el resto animamos sobre el Puente Palackeho.
Animado el kilómetro 24, deshacemos el trayecto para volver al kilómetro 3, que ahora es el 32. Allí coincidimos con una chica española que vive en Praga y va con dos niños. Nos pregunta si podemos animar a su Alberto cuando llegue. ¡Por supuesto! Alberto pasa y le gritamos (no como Francisco, al que nunca vimos).
Crema a manos llenas
Mientras, vamos llenando las manos de crema para masajear a nuestro corredor, que se para un momento y se va con el gemelo embadurnado como si no hubiera un mañana.
Ya solo nos queda volver al punto del inicio, que ahora es la meta. De camino compramos un trodelnik, el dulce típico de Praga, que no es originario de aquí pero está en todas partes.
Como vemos entrar en meta a muchos niños con sus papis y mamis, preparamos a la peque del grupo para que acompañe a nuestro corredor hasta la meta.
Vemos pasar a un corredor disfrazado de Darth Vader y a otro vestido de traje. Menos mal que hoy hace menos calor que los dos días anteriores: hemos cambiado de estación en un día, de máximas de 25 a 16 grados.
El momentazo
La app oficial del maratón va un poco regulín, porque dice que nuestro corredor ya ha entrado en meta, pero no es así. Cuando llega hasta donde estamos, se produce el momentazo del maratón.

El speaker de la carrera, que resulta ser un presentador de televisión checo, Daniel Stach, y es también beautiful, como all the runners, se está paseando por donde estamos.
Al ver a nuestro corredor con el móvil grabándonos, se lo coge, se arrodilla en el suelo y se pone a grabar él, mientras comenta algo en perfecto checo que no entendemos pero nos partimos de risa. Corredor y peque entran en meta y vamos a recogerles a la calle Celetna.
Allí le damos los globos con los números 2 y 6, como celebración de su maratón número 26, hacemos foto de grupo con nuestra pancarta nueva y con la gran medalla que le han dado, y nos vamos a recuperar fuerzas y pensar en el siguiente maratón internacional.

Turistear en Praga
Comer:
- Pivnid Stupartska. Codillo, pato, costillas y gulash servido en una hogaza de pan y otros platos típicos. Raciones grandes, para compartir.
- Taberna medieval ‘U Krále Brabantského’ al bajar del castillo. Presume de ser la más antigua de Praga. No ponen cubiertos, porque en el medievo no se usaban.
- Italianos, por aquello de la pasta para los corredores: Cibo da Dio y Alforno (hay varias en Praga).
Monumentos:
- Cruzar el Puente Carlos y tocar la estatua de San Juan Nepomuceno si quieres volver y tener suerte.
- Plaza de la Ciudad Vieja con el reloj Astronómico, cuyas figuras que se mueven cada hora en punto,
- Cabeza de Kafka, que cada hora recoloca sus planchas de acero para recomponer el busto, y la Casa danzante.
- Isla de Kampa o la Venecia de Praga, bajo el Puente Carlos, con el muro de John Lennon o la fuente de los meones del museo Kafka.
- Castillo, con la catedral de San Vito y el Palacio real donde hay cambio de guardia a las 12 horas.
- Subir al barrio de Hradcany en tranvía, donde se ve toda la ciudad y la torre del Monte Petrin con un aire a la torre Eiffel (el funicular está en reparación) y bajar paseando hasta el Puente Carlos.
- Jardines de Wellstein, cerca de Malostranka, al bajar del castillo. Gratuito y bonito, con pavos reales, esculturas, estanque y el Senado.
Transporte:
- Funcionan muy bien el metro y los tranvías, pasan cada poco. Se pueden consultar horarios en su web. Nosotros compramos el billete de 72 horas (13 euros) y nos desentendimos.
Cinco palabras básicas:
- Escritas como se pronuncian: Ajoy (hola y adiós); prosim (por favor); diki (gracias); voda (agua) y pivo (cerveza).

